Cambio de estilo de vida

Definiendo nuestro estilo de vida

Como relatamos en teoría en acción, en determinado momento, decidimos cambiar nuestro estilo de vida. La principal razón de esta decisión fue que sentíamos que la vida que llevábamos estaba en conflicto con nuestra ética y nuestros valores. Aquí entran en juego nuestras respectivas historias personales por lo que vamos a hacer un breve relato individual.

Crecí en una ciudad, en un barrio tranquilo. Me crié jugando en la calle, con poca tele y un puñado de amigos. Trepando a los árboles, rescatando pichones y juntando perritos abandonados. Las casas no tenían rejas, todos los patios de mi cuadra eran nuestro terreno de juegos. Todos los vecinos se conocían.

Mi padre me enseñó a amar la naturaleza. Llevándonos de acampada, haciendo refugios de ramas, fogatas y caminatas nocturnas. También me enseñó a amar el barro, encontrando cuevas de arcilla natural y haciendo cacharritos. Él es mi ejemplo de responsabilidad gracias al cual aprendí a hacerme cargo de mi paso por el mundo.
Mi madre me enseñó a amar el baile, a conocer mi cuerpo y amarlo. Ella es mi ejemplo de pasión y de alegría. De ella aprendí el valor de luchar por mis sueños y de reír cada día, aunque sea de mi misma.

Cuando tomo conciencia de que la vida que estoy llevando no me hace feliz, decido rescatar los valores que aprendí de mi familia. Decido que quiero hacer más cosas que me hagan feliz, quiero estar en contacto con la naturaleza, quiero volver a trabajar el barro con las manos, quiero volver a reír cada día. Quiero tomar responsabilidad por mi huella en el mundo, por mi salud y la de mi familia. Quiero trabajar para crear un lugar dónde mis hijos (en ese momento no era madre aún) puedan jugar en libertad y aprender a amarse y amar la naturaleza. Por todo esto, es que, junto con mi compañero Pablo, decidimos iniciar este proyecto de cambio de estilo de vida, que paso a paso nos acerque a esta visión.
Mariana

Siempre quise ser como mi padre, para mi fue un ejemplo a seguir. La responsabilidad estaba siempre por encima de todo. Lamentablemente con los años descubrí que estaba incluso por encima de él mismo. Con el paso del tiempo supe que aquel ejemplo seguía siendo él pero de otra manera. Mi padre trabajó duramente toda su vida responsabilizandose del bienestar de su familia y postergando el suyo propio. Trabajó mucho para poder disfrutar de la vida al jubilarse. No pudo ser, murió con apenas 62 años, a los dos años de jubilarse.

Cuando me di cuenta de todo esto, tenía treinta y poco, trabajaba en una oficina y ya mostraba problemas de salud, estrés, tensión alta, sobrepeso, dolores de espalda crónicos, y supe que estaba repitiendo la historia. Me di cuenta que la responsabilidad por mi familia comenzaba por mi mismo. Esa responsabilidad es en primer lugar hacer las cosas que me motivan, que me hacen vibrar, que me hacen reencontrarme con la utopía.

En ese proceso de darme cuenta de lo que no quería, recobro el sueño olvidado de mi adolescencia, de vivir en el campo, produciendo lo que necesito para vivir, e inicio ahí el cambio en mi estilo de vida. Entiendo ahora también el peso que mi ejemplo como padre puede tener en mi hijo.
Pablo

Cuando conocimos la Permacultura y su ética, nos sentimos tan identificados con ella que la hicimos nuestra y desde allí comenzamos a diseñar nuestro estilo de vida ideal, usando para ello muchos de los principios de actitud, de diseño y estratégicos.

Estilo de vida MindMap

Uno de los aspectos importantes del estilo de vida que queremos es el relativo a ganarnos el sustento haciendo cosas que nos motivan y que nos gusta hacer. En términos generales nos motiva aprender, enseñar, estar en contacto con la naturaleza y pasar tiempo con la familia y amigos.

La elección de vivir en el ámbito rural nos permite hacer las cosas que nos gustan a la vez que nos permite desarrollar diversas actividades económicas para nuestro sustento. Decidimos que queremos establecer nuestro estilo de vida en un ambiente rural porque nos permite, entre otras cosas, desarrollar mayor autosuficiencia, (tomando así responsabilidad por nuestra huella ecológica y nuestra salud), estar en contacto con la naturaleza y seguir aprendiendo sobre los temas que nos interesan, como premacultura, agricultura regenerativa, horticultura, bioconstrucción, etc.

Para obtener nuestro sustento queremos desarrollar diferentes actividades de modo que esta función esté sostenida por más de un elemento aumentando así nuestra resiliencia. Uno de estos elementos es la actividad productiva, tanto de alimentos como de energía y objetos. Otro de los elementos es generar un ingreso monetario mediante la comercialización de excedentes, de productos transformados, de actividades formativas y productos digitales. En cuanto a la venta de productos físicos nos centraremos en aquellos más rentables o difíciles de encontrar en el mercado. En cuanto a las actividades formativas presenciales pueden ser tanto cursos propios como de terceros. Con respecto a los productos digitales, que serán formativos y de divulgación, se comercializarán a través de la web del proyecto Ser más resiliente.

Otro de los aspectos importantes que definen nuestro estilo de vida es el desarrollo de relaciones con personas afines a nuestros valores. En este sentido queremos que nuestro proyecto de vida sirva para fortalecer la comunidad en la que se encuentre, mediante iniciativas de cooperación, intercambio y ayuda mutua.

También es importante para nosotros contar con la cercanía de nuestra familia. Al momento de iniciar el proceso de diploma en permacultura, llevamos 10 años viviendo en España. Al definir nuestro estilo de vida ideal, empezamos a pensar en establecernos en un sitio para desarrollar un proyecto a largo plazo, lo cual implica largas temporadas sin viajar a visitar a la familia. Por esto es que empezamos a plantearnos la posibilidad de volver a Uruguay para desarrollar allí nuestro proyecto, luego de terminar el proceso de diploma.